Para hacer este romance
de octosílabos marcados,
no hace falta especial arte,
ni hay que ser muy atinado.
Rima asonante alternada
entre versos bien rimados,
y para simplificarlo,
de cuatro en cuatro agrupados.
Era moda en el medievo
que entre nobles y entre esclavos,
escucharan en las plazas
noticieros romanzados.
Juglares de voz potente,
gran memoria y verbo claro,
contaban a analfabetos
y quedaban enterados.
La Historia está agradecida
a este juego de villanos,
que ha traido a nuestros días
sucesos, rumores, relatos.
Romance sobre romances
sólo se ha fabricado,
para que nadie se espante
lo doy por terminado.
17 junio 2006
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